30.6.09

Medio en broma



*Une femme est une femme. Jean-Luc Godard, 1961.

A.K. [Chris Marker, 1985]


Pantalla en negro



Querido amigo, te escribo y así me distraigo un poco
y como estás muy lejos, te escribo más fuerte.
Desde que te fuiste hay una gran novedad,
el viejo año ha terminado
pero aún hay algo que no funciona.

Se sale poco de noche, incluso en fiestas,
y hay quien ha puesto bolsas de arena en las ventanas,
y se está sin hablar por semanas enteras
y a los que no tienen nada que decir
siempre les queda el tiempo.

Pero la televisión ha dicho que el nuevo año
traerá una transformación,
y todos estamos ya esperando:
será tres veces navidad y fiesta todo el día,
cada cristo bajará de la cruz
y hasta los pájaros volverán a casa.

Habrá comida y luz todo el año,
incluso los mudos podrán hablar,
mientras que los sordos ya lo hacen.

Y cada uno a su manera hará el amor,
también los curas podrán casarse
pero sólo a cierta edad.
Y sin grandes disturbios algunos desaparecerán,
serán tal vez los listillos
y los cretinos de cualquier edad.

Mira, querido amigo, lo que te escribo y te digo
y lo contento que estoy
por estar aquí ahora
mira, mira, mira, mira,
mira querido amigo lo que hay que inventar
para poder reír, para seguir esperando.

Y si este año puede pasar en un instante,
mira, amigo, lo importante que resulta
que yo esté en esté momento aquí.

El año que llega terminará en un año.
Yo me estoy preparando. Ésa es la novedad.

28.6.09

Inside in & out

Mojón
4.m. Porción compacta de excremento humano que se expele de una vez.

Melena
(2).
(Del gr. μέλαινα, negra).
1. f. Med. Fenómeno morboso que consiste en arrojar sangre negra por cámaras, bien sola o mezclada con excrementos, y como consecuencia de una hemorragia del estómago, de los intestinos o de otros órganos.

Meconio
(Del lat. meconĭum, y este del gr. μηκώνιον).
1.m. Alhorre.

Alhorre
(1)
(Quizá del ár. hisp. *alẖúrr, y este del ár. clás. ẖur', excremento).
1. m. Excremento de los niños recién nacidos.


En Diccionario de la Lengua Española, Vigésima segunda edición.

23.6.09

Systems

«All the ideas of the church are now recognized for what they are, as the worst counterfeits in existence, invented to debase nature and all natural values; the priest himself is seen as he actually is, as the most dangerous form of parasite, as the venomous spider of creation... We know, our conscience now knows — just what the real value of all those sinister inventions of priest and church has been and what ends they have served, with their debasement of humanity to a state of self-pollution, the very sight of which excites loathing,— the concepts "the other world," "the last judgment," "the immortality of the soul," the "soul" itself: they are all merely so many in instruments of torture, systems of cruelty, whereby the priest becomes master and remains master... Every one knows this,but nevertheless things remain as before.»

«Todos los conceptos de la Iglesia se hallan reconocidos como lo que son, como la más maligna superchería que existe, realizada con la finalidad de desvalorizar la naturaleza, los valores naturales; el sacerdote mismo se halla reconocido como lo que es, como la especie más peligrosa de parásito, como la auténtica araña venenosa de la vida... Nosotros sabemos, nuestra conciencia sabe hoy — qué valor tienen, para qué han servido esas siniestras invenciones de los sacerdotes y de la Iglesia con las cuales se alcanzó aquel estado de autodeshonra de la humanidad capaz de producir náusea con su espectáculo — los conceptos "más allá", "juicio final", "inmortalidad del alma", el "alma" misma; son instrumentos de tortura, son sistemas de crueldades mediante los cuales el sacerdote llegó a ser señor, siguió siendo señor... Todo el mundo sabe eso: y, sin embargo, todo sigue igual que antes.»


*En Der Antichrist, Fluch auf das Christenthum [El Anticristo]. Friedrich Nietzsche, 1889.
**F. Nietzsche. Weimar, 1899.

20.6.09

Lo serio

«Es incorrecto decir, como en el preámbulo de la Cosntitución de los Estados Unidos, que todos los hombres tienen derecho a la búsqueda de la felicidad. Todos los hombres tienen derecho a evitar el dolor innecesario si es posible, y ningún hombre tiene derecho a gozar a expensas de otro. Pero la felicidad no es un derecho, es un deber. Hasta el grado en que si somos infelices, cometemos pecado (y viceversa). No se puede buscar un deber, pues su imperativo se aplica al momento presente, no a una fecha futura.
Mi deber hacia Dios es ser feliz; mi deber hacia mi prójimo es proporcionarle placer y aliviar sus penas. Ningún ser humano puede hacer feliz a otro.»

En Postdata: lo frívolo y lo serio. W. H. Auden, 1962.

18.6.09

Self-Portrait in a Convex Mirror

Las filas del fondo

Un home amb ulleres de pasta gruixudes passeja pel port nerviós. Ja fa més d’una hora que a la seva dona l’espera el Doctor Ramón. Que avui s’han omplert de coratge i han decidit operar-se el cos. La dona es vol treure papada i l’home es farà fer un penis més gros. Però, no saben que ser atractius també pot comportar viure en un malson. I els dos canten de puta mare, molt millor que jo, que fan cant coral. I ballen sardanes a Plaça Sant Jaume i ho fan de collons. El Pepe és un noi que ha fet panxa i es passa el sant dia estirat llit. Avui el rodegen tres metges i un jove becari amb un bisturí. Amb un permanent delimiten l’essència greixosa que li extrauran. I ell somia amb prendre un waikiki envoltat de senyores que marquen mugrons. Però, el Pepe no sap que alguns ben plantats també viuen en un malson. I el tio organitza trobades d’amics del 600, i en té un de vermell. I quan puja al poble, els nens li demanen que els porti a fer un tomb. No saben que els guapos són els raros. Ho sap tothom, però no ho diu ningú. Tampoc no s’agraden i tenen complexes per ser diferents. I no saben que els guapos desafinen, no tenen swing i no ballen bé. També es preocupen i tenen psicòlegs, i no passa res.

Un hombre con gafas de pasta gruesas pasea por el puerto nervioso. Ya hace más de una hora que a su mujer le espera el Doctor Ramón. Que hoy se han armado de valor y han decidido operarse el cuerpo. La mujer quiere quitarse papada y el hombre se hará hacer un pene más grueso. Pero no saben que ser atractivos también puede significar vivir en una pesadilla. Y los dos cantan de puta madre, mucho mejor que yo, que hacen canto coral. Y bailan sardanas en Plaza Sant Jaume y lo hacen de cojones. Pepe es un joven que ha echado barriga y se pasa el santo día tirado en la cama. Hoy lo rodean tres médicos y un joven becario con un bisturí. Con un permanent delimitan la esencia grasienta que le extraerán. Y él sueña con tomarse un waikiki rodeado de señoras que marcan pezones. Pero Pepe no sabe que algunos bien plantados también viven en una pesadilla. Y el tío organiza encuentros de amigos del 600, y tiene un rojo. Y cuando sube al pueblo, los niños le piden que los lleve a dar una vuelta. No saben que los guapos son los raros. Lo sabe todo el mundo, aunque nadie lo diga. Tampoco se gustan y tienen complejos por ser diferentes. Y no saben que los guapos desafinan, no tienen swing y no bailan bien. También se preocupan y tienen psicólogos, y no pasa nada.


Kunstausstellung, 1901


15.6.09

Beauvoir



«Nunca tuve contacto personal con ella, pero mi antipatía no ha disminuido ahora que ya está muerta y que su nombre desciende con rapidez hasta el reino de las pequeñas notas a pie. Se diría que esta antipatía hacia una dama que simbolizaba el gran mundo era algo inevitable para alguien que, como yo, proviene de una provincia lejana. Alguien podría pensar que es el comportamiento propio de un palurdo ante una civilización refinada. Beauvoir se encerró tanto en el capullo de la cultura francesa que ni siquiera pudo imaginarse cómo se la veía desde fuera. De las tres compañeras de clase de la École Normale Supérieure que se llamaban Simone —además de ella, Simone Weil y Simone Petrément— la Beauvoir estaba convencida de que era la más liberada, representando mejor que nadie “el discreto encanto de la burguesía” francesa. Jamás pude perdonarle su vileza y la de Sartre en la carnicería que emprendieron contra Camus. Fue como el argumento de un cuento moral: un hombre recto, noble, veraz y un gran escritor a quien una pareja de supuestos intelectuales escupieron en nombre de lo políticamente correcto. Qué ceguera doctrinaria la suya al escribir una novela entera, Les mandarins, para intentar desacreditar a Camus, relacionando sus ideas con chismes sobre su vida personal.Y ella, que se erigió en la voz más audible de las feministas. Eso no dice mucho a favor de las feministas. Siento respeto, e incluso debilidad, por aquellas mujeres que defienden a otras mujeres movidas por la compasión. En el caso de Beauvoir no era más que una moda intelectual. Una tía tonta.»

En Milosz’s Abc’s [Abecedario]. Czeslaw Milosz, 1997.

11.6.09

Zabriskie Point, 1970

Carecer de ascendencia

«Y hablando de Adán y Eva, la campana de mi cabeza atolondrada no deja de preguntarse por el origen de los apellidos. Es obvio que los 'padres de la humanidad', al carecer de ascendencia, sólo disponían de su nombre de pila, lo que inclina a pensar que no pudieron dar a Abel y a Caín un apellido. Y ellos, claro está, tampoco a sus hijos. ¿Quién fue, entonces, el primer hombre apellidado?»

En Diario de una taxista. Rosario Cisma, 2006.

7.6.09

Pesquisas

«Durante mis años al volante he recibido infinidad de cumplidos, desde los más soeces a los más ingenuos, pero ninguno ha calado más en mi perplejidad que el de “rubia despampanante” ¿Qué significa despampanar? Ante la presencia de una mujer despampanante, ¿queda el observador despampanado? ¿Y pampanar, es acaso un antónimo lícito? ¿Existen mujeres pampanantes, o serían más bien pampaneras? La RAE ofrece una definición poco iluminadora: Pasmoso, llamativo, que deja atónito por su buena presencia u otras cualidades. Por si fuera poco, la caspa académica define el término con sinónimos masculinos, cuando lo cierto es que se aplica casi exclusivamente a mujeres.
He hecho algunas pesquisas entre mis clientes. Al parecer, el término tiene su origen en la palabra ‘pámpano’ (del latín, pampinus), que da nombre a las hojas de la vid. Tras ese hallazgo, no ha sido difícil tirar del hilo y dar con la solución al enigma. Lo hemos visto mil veces, Adán y Eva en pelota picada salvo por una absurda hoja de parra milagrosamente sujeta a la entrepierna. Paro el taxímetro y aventuro una primera definición: Despampanar, lograr que caiga el velo de pámpano que oculta los genitales. En plena frenada se me ocurre otra menos académica, quizá la cuelgue en wikipedia: Despampanante, mujer capaz de producir el grado de erección necesario para que el equilibrio estático de la hoja de parra que cubre los genitales masculinos resulte imposible.
Así, tenemos que Eva era ya despampanante. Y Adán, ay, el primer hombre despampanado. Casi nada. »

En Diario de una taxista. Rosario Cisma, 2006.

Nin


Welt von Gestern



«Ni uno solo de los cinco actores que se sentaban en los bancos de nuestra escuela subió más tarde a un escenario real; los poetas de Pan y de Blätter für die Kunst¹ se desinflaron tras aquel primer impulso sorprendente y se convirtieron en honorables abogados y funcionarios que hoy, a lo mejor, esbozan una sonrisa melancólica o irónica al recordar sus ambiciones de antaño.

¹ Aquí, en lo que se refiere a August Oehler, muerto prematuramente, hay un lapsus en la memoria por parte de Stefan Zweig. (N. de la E.)»

En Die Welt von Gestern [El mundo de ayer]. Stefan Zweig, 1940.

2.6.09

Últimas palabras de Goethe

«Bueno, la inteligencia no vale nada mientras no se convierte en palabra, porque inteligencia hay por todas partes. El mundo entero se ahoga casi de inteligencia. Pero la inteligencia sólo vale algo cuando se convierte en palabra, y más bien en palabra hablada, porque vive. Y la palabra que hay sobre el papel hace tiempo que está muerta, en el fondo tampoco vale nada. Pero la mayoría de las veces sólo se puede vender ésa, porque el mundo quiere que lo engañen, ¿no? Sobre el papel se trata sólo, la mayoría de las veces, de un engaño, mientras que la palabra viva, con toda la vibración que le da la garganta —eso lo sabe usted, ha estudiado medicina, ¿no?—, eso es lo valioso, irrecuperable, impagable naturalmente. ¿Cuánto valen esas dos palabras de Goethe: "más luz", no? Desde hace ciento cincuenta años aparecen en todos los libros escolares y por todas partes, ¿qué valor tan inmenso tienen esas dos palabras? Aunque yo estoy convencido que no dijo mehr Licht (más luz) sino mehr nicht (no más), porque estaba harto.»

En Thomas Bernhard-Eine Begegnung [Conversaciones con Krista Fleischmann, monólogo en Mallorca, 1981]