2.6.22

Para atrapar el momento



 [Si algo quiere decir ese
          breve manchón (la mosca
posada junto al plato)
                 yo no lo sé:
antes creía saber, pero las cosas
pasaron de otro modo.
Ahora digo "mosca" y es bastante:
ni ella responderá, ni la palabra
se acercará a tocarla
ni yo sabré algo más.
Y aunque esa forma ajena
                     se vaya volando,
la palabra está acá
llena de pelos, oscura, intratable.]

*Sao Paulo, Casa de Vidro (1949-1951), Lina Bo Bardi. Arquivo ILBPMB / Francisco Alburquerque, 1951.
*Si algo quiere decir ese breve manchón (la mosca). Daniel Freidemberg, 1996.

20.5.22

¿Ese ruido son las cosas?



¿cuál es la diferencia entre una vaca y el lenguaje?

una vaca
¿qué es una vaca?

una vaca pace al lado del camino

el camino da un rodeo
y lleva hasta el granero

la vaca cruza el camino
sin rodeos

el lenguaje no puede hacer eso
 

*Asymetric typography. Jan Tschichold, 1967.

*Poema en homenaje al V Congreso Nacional de Filosofía del Lenguaje, Huampaní 26-28 de Junio del 2010. Mario Montalbetti.

19.4.22

La muerte es una palabra

[I’m a liar. It’s not a job
that pays well but I am
my own boss. My wife
Brushes teeth. Hers. She
flosses, too. I’ve asked her
To do mine. Get a job,
she tells me. I have one.
I’m a liar, I tell her. We
look at each other, as if
we were paintings, as if
looking would make clear
some deep meaning,
make us smarter,
make us at least feel
better about ourselves.]

[Soy un mentiroso. No es un trabajo
bien remunerado, pero soy
mi propio jefe. Mi mujer
lava los dientes. Los suyos. También se pasa
la seda dental. Le pido
que me lave los míos. Búscate trabajo,
me dice. Ya tengo uno.
Soy un mentiroso, le digo. Nos
miramos el uno al otro, como si
fuésemos cuadros, como si
al mirarnos se revelara
algún significado oculto
que nos hiciera mas perspicaces,
nos hiciera por lo menos mejorar
la imagen que tenemos de nosotros mismos.]

*Los Angeles, San Francisco, años 40. Imagen coloreada.
*Stupid job. Curtis Bauer 2019. [Trad. Natalia Carbajosa]

1.4.22

No creo en nada, salvo en los milagros

 

[La felicidad consiste en la pérdida de la conciencia. Los estados de éxtasis que producen el amor, la religión, el arte, al desligarnos de nuestra propia conciencia reflexiva, nos aproximan a la felicidad absoluta. La conciencia: horrible enfermedad que le ha sobrevenido al género humano. ¿La suprema felicidad la constituye la muerte? Conclusión ilógica. El hombre necesita de la conciencia para darse cuenta de que ha carecido de ella, vale decir para comprender que ha sido feliz. Necesitamos tener conciencia de nuestra felicidad para que esta tenga alguna significación. Pero apenas nos percatamos de nuestra felicidad esta desaparece, pues el solo pensar en ella es como un conjuro que desvanece su presencia. La contradicción es irresoluble. Conciencia y felicidad se excluyen y sin embargo no pueden comprenderse la una sin la otra.]
 
*Collection of Danuta and Jerzy Brukwicki. Piotr Młodożeniec, 1981.
*La tentación del fracaso. Julio Ramón Ribeyro, 1954.

20.3.22

O no entiendo qué es salvarse


[Mientras duermes,
marco de rojo las grandes hojas
en los manuales
de filosofía.

Sentada al fondo de la noche,
sobre los grandes conceptos sentada.

Tú duermes con la radio encendida.
Me pides siempre que hable de nosotros.

Cómo nombrar a ese hermano cruel
con el que uno se acuesta
de madrugada y besa
sus párpados gruesos como lomos
de gaviotas.

Hay las veces en que me siento sola. 

Como un lápiz rojo entre las manos
repaso los grandes conceptos
vacíos
escritos en líneas largas, que no acaban
(al fondo de la noche),
mientras camiones remontan la cuesta,
los toldos baten roncos

y hace frío
y tú duermes.]

 

*Gebrauchsgraphik International Advertasing Art, 1966.
*27 Wilmost St. Daniela Martín Hidalgo 2015.

6.3.22

Habitar la mudanza


 

[Sabes que llega un día en que el suelo que pisas se
convierte en pared,
ésta es la gran lección
y la medianería que separa los muertos de los vivos;
los extremos se tocan,
no podemos salir de su contigüidad,
más tarde o más temprano
en cada orilla queda un muerto nuestro.]

 *¿En donde empieza nuestra sombra? Luis Rosales, 1978.

 *Publicidad Tuch AG.

24.2.22

Tiempo previsto: una vida normal


[llora llora, que te compro una larga espada azul de plástico, una nevera

Bosch en miniatura, una hucha de arcilla, un cuaderno

con trece rayas, unas acciones de Montecatini:            

                                                                                   llora llora, que te compro

una pequeña máscara de gas, una botella de jarabe reconstituyente,

un robot, un catecismo con ilustraciones en color, un mapa

con banderitas victoriosas:

                                          llora llora: que te compro un cachalote gordo

de goma espuma, un árbol de navidad, un pirata con pata

de palo, una navaja, buena metralla de una buena

granada de mano:

                              llora llora, que te compro muchos sellos

de la Argelia francesa, muchos zumos de fruta, muchas cabezas de madera,

muchas cabezas de moro, muchas cabezas de muerto:

                                                                                    oh, ríe ríe, que te compro

un hermanito: así tú lo llamas por su nombre: así tú lo llamas

Michele:]

 

*Edoardo Sanguineti.

*9. Edoardo Sanguinieti, 1960-1963. En Querido Señor Myself, Kriller 71, 2022.  [trad. Fruela Fernández y Andrés Navarro].

 

16.1.22

Ir tirando sin música

[Cuando mañana despierte y no vea
la cama de mi hermano
paralela a la mía como un signo de igual
ni su cuerpo en ella como un parterre
ni su rostro y sus gafas como flor de ese parterre,

cuando las plantas de nuestros pies ya no señalen el amanecer.

Cuando mañana me levante
y me saquen sangre en una sala blanca para siempre,
cuando me pongan una pulsera de goma
y al final del brazo del sillón,
se cierre un puño y se abra una mano
soltando algo o
tomando prestado algo al Señor.

Cuando mañana me levante temprano para ir al colegio
pero a mi pupitre se haya sentado la muerte niña.
O cuando el mediodía descalabre una sombra
muy espesa de lápida o de torre
un día y otro y otro
y yo huya metiendo la cabeza en la soga
pero el resto del cuerpo no me quepa
y me quede colgando del cielo

y contemplando

la cabeza del cuerpo del Señor,
las rodillas del cuerpo del Señor,
el corazón del cuerpo del Señor.

Cuando mañana me levante
pero la luna podrida tenga un gusano,
cuando llueva tan dentro
que se me encharque un órgano
y, entalleciendo en él, la primavera
me impulse junto a mis maestros viejos,
los que echaron la rama de un bastón
y murieron goteando en las cátedras
de un colegio futuro

y un recreo de niños albinos y felices.]

*Pneumatici Pirelli. Massimo Vignelli, 1963.
*Réquiem y fuga muy lejos. Juan Andrés García Román, 2014.

4.1.22

Romper con los dioses

 

[La doctora Eisner, terapeuta y consejera matrimonial, cuestiona la importancia de la penetración, y recomienda a la pareja convertir lo que habitualmente es un "dueto destructivo", en el que cada cual traslada al otro su neurosis, en una armoniosa "canción de amor". La fórmula, infalible según la doctora, es ésta: "enfocad el amor y los sentimientos, y dejad que el sexo se cuide por sí mismo".]

 

*Who's Afraid of Big Bad Wolf? Diane Baylis, 1993.
*Diario de un libro. Alberto Girri. 1972.

1.1.22

La extenuación como oficio




[Mi recuerdo principal sigue en su mano.
Su mano
que alguna vez en el siglo pasado
fue melodramática y carnal,
y que pasó del mar directamente a la cocina
para encender el fuego y convertirse
en vanguardia inteligente
de una conciencia de lo justo; cargando
con las trifulcas y disgustos de la familia,
arropando a los que dormían inquietos en invierno,
desafiando el luto
con la aceptación de todo lo que sucede,
sabiendo que lo torcido y lo derecho
terminan por enfilar en un solo rumbo.
Su mano,
respiración y poder articulados
entre objetos sabiamente sometidos,
y yo, que llegué cuando cerraba por última vez el horno,
para decirle que nada hay más hermoso que un huevo
ni más vivo que una mano de abuela en la cocina.]
 
*Peña misteriosa. Dani Sanchis. 
*La abuela. Joaquín Giannuzzi, 1980.