[La
felicidad consiste en la pérdida de la conciencia. Los estados de éxtasis que
producen el amor, la religión, el arte, al desligarnos de nuestra propia
conciencia reflexiva, nos aproximan a la felicidad absoluta. La conciencia:
horrible enfermedad que le ha sobrevenido al género humano. ¿La suprema
felicidad la constituye la muerte? Conclusión ilógica. El hombre necesita de la
conciencia para darse cuenta de que ha carecido de ella, vale decir para
comprender que ha sido feliz. Necesitamos tener conciencia de nuestra felicidad
para que esta tenga alguna significación. Pero apenas nos percatamos de nuestra
felicidad esta desaparece, pues el solo pensar en ella es como un conjuro que
desvanece su presencia. La contradicción es irresoluble. Conciencia y felicidad
se excluyen y sin embargo no pueden comprenderse la una sin la otra.]
*Collection of Danuta and Jerzy Brukwicki. Piotr Młodożeniec, 1981.
*La tentación del fracaso. Julio Ramón Ribeyro, 1954.
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