25.2.15

De polvo y lodos

[En cuanto le vi, yo me dije para mí: es mi hombre. Sólo vivo por él, mientras quiera serme fiel, ese hombre. No puedo pasar una noche sin pensar en mi hombre. Y le doy cuanto soy, lo que tengo se lo doy, a mi hombre. Y así estoy, es un macró, un gigoló. Pero no importa porque así le quiero yo. Cualquier día por Pigale para mi mal. Otra vez le perderé, luego no sé. Ni lo que va a ser de mí, por qué le quiero. Solo tengo corazón para mon homme. Si me pega me da igual, es natural. Que me tenga siempre así, porque así le quiero. Ya no tengo corazón. Le intento olvidar y me dejo convidar, por los hombres. Pero no puede ser porque sólo soy mujer pa' mi hombre. Por todo París busco la mirada gris de mi hombre. Si me ofrece su amor le perdono lo peor a mi hombre. Por amor che sui consá le'm pos te cuá busco a mi hombre sin saber dónde andará. Cualquier día por Pigale para mi mal. Otra vez le perderé, luego no sé. Ni lo que va a ser de mí, por qué le quiero. Sólo tengo corazón para mon homme. Si me pega me da igual, es natural. Que me tenga siempre así, porque así le quiero. Ya no tengo corazón.]



*Inauguration of the Pleasure Dome - Anais Nin as Astarte. Kenneth Anger, 1954.
*Es mi hombre [Mon homme, letra de André Willemetz y Jacques Charles, música de Maurice Yvain, 1920]. Sara Montiel, 1958.

19.2.15

El triunfo del tiempo irreversible




[Der Gerichtssaalberichterstatter ist dem menschlichen Elend und seiner Absurdität am nächsten und er kann diese Erfahrung naturgemäß nur eine kurze Zeit, aber sicher nicht lebenslänglich machen, ohne verrückt zu werden. Das Wahrscheinliche, das Unwahrscheinliche, ja das Unglaubliche, das Unglaublichste wird ihm, der damit daß er über tatsächliche oder über nur angenommene, aber naturgemäß immer beschämende Verbrechen berichtet, sein Brot verdient, an jedem Tag im Gericht vorgeführt und er ist naturgemäß bald von überhaupt nichts mehr überrascht. Von einem einzigen Vorfall will ich jedoch Mitteilung machen, der mir doch nach wie vor als der bemerkenswerteste meiner Gerichtssaalberichterstatterlaufbahn  erscheint.  Der Oberlandesgerichtsrat Ferrari, die ganzen Jahre über die beherrschende Figur des Landesgerichtes Salzburg, aus welchem ich wie gesagt, viele Jahre über alles dort Mögliche berichtet habe, war, nachdem er einen, wie er in seinem Schlußwort ausgeführt hatte, ganz gemeinen Erpresser, wie ich mich genau erinnere, einen Rindfleischexporteur aus Murau, zu zwölf Jahren Kerker und zur Zahlung von acht Millionen Schilling verurteilt gehabt hatte, nach der Urteilsverkündung nocheinmal aufgestanden und hatte gesagt, daß er jetzt ein Exempel statuieren werde. Nach dieser unüblichen Ankündigung griff er blitzartig unter seinen Talar und in seine Rocktasche und holte eine entsicherte Pistole hervor und schoß sich zum Entsetzen aller im Gerichtssaal Anwesenden in die linke Schläfe. Er war augenblicklich tot gewesen.]


[El cronista de tribunales es quien está más cerca de la miseria humana y de su absurdo y, como es natural, sólo puede tener esa experiencia por poco tiempo, pero no, desde luego, durante toda la vida, sin volverse loco. Lo verosímil, lo inverosímil, incluso lo increíble, lo más increíble, se le representa cada día ante el tribunal en el que, informando sobre crímenes reales o sólo supuestos pero, como es natural, vergonzosos siempre, se gana el pan y, como es natural, pronto no le sorprende ya absolutamente nada. Con todo, quiero hablar de un solo caso que, lo mismo ahora que entonces, me parece el más notable de mi carrera de cronista de tribunales. El magistrado de audiencia territorial Ferrari, durante años enteros personaje dominante de la Audiencia de Salzburgo, en la que, como queda dicho, informé durante muchos años sobre todo lo que allí era posible, después de haber condenado a doce años de prisión y al pago de ocho millones de chelines a un, como dijo en sus palabras finales, vil chantajista, como recuerdo muy bien, un exportador de carne de buey de Murau, se puso otra vez en pie, tras pronunciar la sentencia, y dijo que iba a hacer un escarmiento. Después de ese anuncio insólito, se metió la mano con la velocidad del rayo bajo la toga y en el bolsillo de la chaqueta, sacó una pistola sin seguro y, para espanto de todos los presentes en la sala, se disparó un tiro en la sien izquierda. Murió en el acto.]

*Thomas Bernhard.
*Exempel [Trad. Miguel Sáenz]. Thomas Bernhard, 1978.

15.2.15

La común vegetación




[Der hungrige abschied des jahrs verließ mich in grauer stille.
Vor dem feuer krachen die hände, werden nicht warm.
Über die scholle der heimat geht ein scheeler gesang,
Und die tröstung flüstert aus finsternis: gewesen, gewesen.

Türme sind gestürzt auf dumpfen triefenden boden,
Erlesene leben düngten gemeines gewächs.
Mit seinem verwirrten gefühl ist die erde bevölkert,
Deiner seele verfall sich spiegelt in wassern des wehs.
Was hüben ist, ist drüben; es war immer ein einzig geschehn.
O dass du leib bist… o dass dus nicht wusstest.

Trauer baut nicht häuser, und die freude will wohnen
in dieser welt,
Freude baut nicht wege, und trauer will wandern
in dieser welt.]


[En un silencio gris me dejó la hambrienta despedida del año.
Las manos crujen ante el fuego: sin entrar en calor.
Sobre el témpano de la patria pasa un canto bisojo
y el consuelo, desde la oscuridad, susurra: haber sido, haber sido.

Han caído torres sobre el musgoso suelo empapado,
vidas selectas abonaron la común vegetación.
La tierra está poblada con su confusa sensibilidad,
la cadencia de tu alma se refleja en aguas del dolor.
Lo que está aquí, está allá: siempre había sido un único suceso.
Oh, que fueses cuerpo… y que no lo supieras.

El duelo no construye casas y la alegría quiere habitar
el mundo.
La alegría no construye caminos y el duelo quiere recorrer
el mundo.]

*Franz Baermann Steiner
*Ein Neues Jahr. Franz Baermann Steiner, 1945 [Versión de ugdm a partir de la traducción de Ela Fernández-Palacios para Poemas selectos, Pre-Textos, Valencia, 2011]

13.2.15

Mientras buscas una horquilla

[A couple of years back, I come across a great and wasted friend of mine in the hallway of a recording studio; and while he was reciting some poetry to me that he'd written, I saw that he was about a step away from dyin' and I couldn't help but wonder why. And the lines of this song occurred to me. I'm happy to say he's no longer wasted and he's got him a good woman. And I'd like to dedicate this to John and June, who helped show me how to beat the devil.

It was winter time in Nashville, down on music city row. And I was lookin' for a place to get myself out of the cold. To warm the frozen feelin' that was eatin' at my soul. Keep the chilly wind off my guitar. My thirsty wanted whisky; my hungry needed beans, but it'd been of month of paydays since I'd heard that eagle scream. So with a stomach full of empty and a pocket full of dreams, I left my pride and stepped inside a bar. Actually, I guess you'd could call it a Tavern: Cigarette smoke to the ceiling and sawdust on the floor; friendly shadows.

I saw that there was just one old man sittin' at the bar. And in the mirror I could see him checkin' me and my guitar. An' he turned and said: "Come up here boy, and show us what you are." I said: "I'm dry." He bought me a beer. He nodded at my guitar and said: "It's a tough life, ain't it?" I just looked at him. He said: "You ain't makin' any money, are you?" I said: "You've been readin' my mail." He just smiled and said: "Let me see that guitar. "I've got something you oughta hear." Then he laid it on me:

"If you waste your time a-talkin' to the people who don't listen, to the things that you are sayin', who do you think's gonna hear? And if you should die explainin' how the things that they complain about are things they could be changin', who do you think's gonna care?"

There were other lonely singers in a world turned deaf and blind, who were crucified for what they tried to show. And their voices have been scattered by the swirling winds of time. 'Cos the truth remains that no one wants to know.

Well, the old man was a stranger, but I'd heard his song before, back when failure had me locked out on the wrong side of the door. When no one stood behind me but my shadow on the floor, and lonesome was more than a state of mind. You see, the devil haunts a hungry man, if you don't wanna join him, you got to beat him. I ain't sayin' I beat the devil, but I drank his beer for nothing. Then I stole his song.

And you still can hear me singin' to the people who don't listen to the things that I am sayin', prayin' someone's gonna hear. And I guess I'll die explaining how the things that they complain about are things they could be changin', hopin' someone's gonna care. I was born a lonely singer, and I'm bound to die the same, but I've got to feed the hunger in my soul. And if I never have a nickel, I won't ever die ashamed 'cos I don't believe that no-one wants to know.]



*To Beat the Devil. Kris Kristofferson, 1970.

4.2.15

El patrimonio estéril


[(…) Mi opinión, igual que hace ya más de diez años, es que el libro electrónico no tiene futuro, al menos para la ficción narrativa. Sin duda puede ser de mucha utilidad para otras cosas, desde suscripciones a revistas profesionales a libros de texto.

Invariablemente oigo el “argumento” del transporte público, como en este artículo. No me lo creo. Los libros electrónicos en el metro son como las embarazadas: muy fáciles de ver cuando una está embarazada. No tengo ni carnet de conducir y jamás veo a nadie leer nada en cacharros electrónicos en el metro o en el autobús. También se habla de la piratería y tampoco puedo darle mucho crédito. Por puro sentido común: me acuso de ver pelis en el ordenador, de forma ilegal. Que me aspen si son películas que, de no poder verlas en internet, iría a ver a un cine. Ni hablar. Por mí no se deja de vender ni una sola entrada, porque si no estuvieran ilegalmente en internet, sencillamente no las vería. Ni se me ocurriría ir a una sala a verlas. Por otra parte, ¿cuántos de los libros que se venden se compran para regalar? Diría yo, a ojo de buen cubero, que más de la mitad. ¿Quién va a regalarle a su cuñada una descarga? Si es que suena hasta obsceno. (…)

(…) ¿y si los lectores tuviéramos razón? A lo mejor es que no necesitamos libros digitales, como no necesitábamos yogurteras. ¿Por qué demonios tendríamos entonces que apoyar a los vendedores de ferretería electrónica y leer en un soporte incómodo, caro, inhóspito y que tendremos que renovar cada pocos años para sustituirlo por uno nuevo y más caro, como ya hemos aprendido de los ordenadores? ¿Cuánto vamos a tardar en admitir que el rey está desnudo o que el libro electrónico no era ninguna buena idea (salvo que vendas lectores electrónicos y te forres, claro)? ¿Por qué seguimos riéndoles la gracia a los vendedores de cacharros?]

*A Luis Solano. Rafael Reig. Eldiario.es. 02.02.1015 [Artículo completo]