14.10.13

(poner todo esto en claro)

「¿Qué es, pues, el tiempo? ¿Quién podrá explicar esto fácil y brevemente? ¿Quién podrá comprenderlo con el pensamiento, para hablar luego de él? Y, sin embargo, ¿qué cosa más familiar y conocida mentamos en nuestras conversaciones que el tiempo? Y cuando hablamos de él, sabemos sin duda qué es, como sabemos o entendemos lo que es cuando lo oímos pronunciar a otro.

¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no habría tiempo presente. Pero aquellos dos tiempos, pretérito y futuro, ¿cómo pueden ser, si el pretérito ya no es él y el futuro todavía no es? Y en cuanto al presente, si fuese siempre presente y no pasase a ser pretérito, ya no sería tiempo, sino eternidad. Si, pues, el presente, para ser tiempo es necesario que pase a ser pretérito, ¿cómo decimos que existe éste, cuya causa o razón de ser está en dejar de ser, de tal modo que no podemos decir con verdad que existe el tiempo sino en cuanto tiende a no ser?」

*Le jardin des Tuileries.
*Dificultad de definir el tiempo. Libro undécimo. Capítulo XIV. Confesiones. San Agustín. S. IV.

1 comentario:

  1. Decía Wittgenstein que la filosofía es la lucha contra el embrujo que ejerce el lenguaje sobre nuestro entendimiento. Si traduces párrafo al apache (una lengua aún más apropiada que el alemán para la filosofía) poniendo lunas por tiempo comprobarás como en el fragmento de Agustín el lenguaje se ha ido de vacaciones.

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