11.4.14

El poeta ponga su fábula en limpio

[Tenía que ser una vocal o una consonante, puesto que sólo estos dos grupos tienen fonación (vibración de las cuerdas vocales) sin neumación (emisión de aire) frente a las consonantes que carecen de fonación (las sordas) o la tienen, pero con neumación (las sonoras). El elegir la fonación responde al hecho de que ella sea la actividad motriz más peculiar de la palabra; la neumación concurre también en cosas tan importantes como respirar, toser, estornudar, soplar, etcétera. Tan sólo las funciones expresivas-gritar, quejarse, etcétera, parientes del hablar –comparten la fonación con la palabra. Pero ¿por qué no las consonantes sonoras, aunque tengan neumación, ni las vocales? De las primeras, no las oclusivas, porque no comportan –ni por lo tanto pueden expresar- una actividad continua, durativa, como parece que ha de ser “pensar”, sino una acción instantánea. Quedan, por fin, las consonantes sonoras fricativas, que junto con las vocales y hasta con tres de las consonantes (l, n, r) reúnen las condiciones de tener fonación y poder ser continuas. La dificultad que queda ya no es fonética sino facial: todas ellas se emiten con la boca abierta. Y quien abre la boca ya le ha franqueado la puerta a la palabra. Pensar es justamente la actividad que “se prepara y se dispone a abrirla y franquearla. Sólo el fonema eme reúne los caracteres adecuados para representar el pensamiento: actividad motriz del órgano más específico de la palabra (vibración de las cuerdas vocales), durativa (fonema continuo) y conativa (con la boca cerrada). Ningún otro fonema –al menos indoeuropeo- comparte tales rasgos con la eme.]

*Dial M For Murder. Alfred  Hitchcock, 1954.
*Vendrán más años malos y nos harán más ciegos. Rafael Sánchez Ferlosio,1993.

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