La vereda serpentea entre las piedras
cubiertas con tapetes, centros de mesa -dramas
para el turista. Más abajo permanecen
las baldosas calientes, callejas jadeantes,
y este sombrío café en el que espera.
No escalará la cumbre; sin embargo en su vida
ha plantado su huella sobre tanto,
que no tiene importancia. Como recuerdo. Para el álbum.
Qué lección: acudir a esta cima
y no subir a ella. Los demás, mientras suben,
dsesprenden piedrecitas, hoyando el polvo caliente.
Qué calma, contemplar
la cima desde abajo. No esforzarse
en conquistarla.
*Un radiante silencio. Agustín Fernández Paz, 2006.
*Un sliencio radiante. Ocho poetas búlgaros contemporáneos, 2010.
* Un peldaño más. Rada Panchovska [Trad. Juan Antonio Bernier]
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