Resulta extraordinariamente curioso, desde la perspectiva de nuestro tiempo, consultar algunos de los manuales de épocas anteriores acerca del objeto maravilloso, especialmente aquellos que con inusitada audacia por parte de sus autores pretenden establecer un marco predefinido para la fabricación de los mencionados objetos. De esta manera, podemos regocijarnos al hacer una lectura del “Tratado de invención del Om2 de Fianco Torrelli”, ingeniero extraordinariamente versátil afincado en el Milán de finales del siglo XVII. En este texto podemos encontrar párrafos tan sugestivos como: “El Om2 habrá de ser siempre mayor que la palma de la mano, poseer una superficie perfectamente alisada y adquirir con el tiempo la coloración de la hoja del haya a comienzos de octubre”, o bien “para la correcta elaboración del Om2, según las 27 leyes descritas por Eugénides, será indispensable proveerse de lo siguiente: estramonio, dieciséis quilates de cobre fino, cuatro de oro fino, dos quilates de plata fina, una sierra, lápiz negro, bórax, tres bloques de hielo perfectamente conservados, salitre, vitriolo, amoniaco, sanguina, cardenillo, azufre, tártaro de tonel, cera líquida y dos guantes fabricados con cáñamo de Sicilia”.
Clasificaciones infructuosas de los objetos a lo largo de la historia; Julis Engelman:
Objetos de los que es imposible desprenderse.
Objetos que lo llevan a uno a la tumba.
Objetos canjeables por sujetos.
En Om2. Informe Selt sobre el estado actual del Objeto Maravilloso [Clismón]
Objetos de los que es imposible desprenderse.
Objetos que lo llevan a uno a la tumba.
Objetos canjeables por sujetos.
En Om2. Informe Selt sobre el estado actual del Objeto Maravilloso [Clismón]
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