16.4.10

Directivas del mismo día




「—Ahora, póngase en pie y doble las piernas —ordenó Conrada—. Suponga que está en el campo y que se dispone a orinar. ¡Vamos! ¡Hágalo!
Montserrat Castell se volvió de espaldas y se mordió los labios. Consideró la humillación que para esa señora tan exquisita debía suponer someterse a semejante ceremonia. Recordó al Tarugo unos años más atrás, radiante por la novedad de esta experiencia, pidiendo a gritos que le hurgasen más adentro del ano, pues era más arriba donde guardaba un secreto.
A las mujeres, esta investigación se hacía por igual en el recto y en la vagina, donde alguna vez ocultaban drogas o limas, o pequeños punzones capaces de matar, o tal vez veneno, cuidadosamente envuelto en bolsitas de plástico, sin sospechar que nadie pudiese hallarlas en tal escondrijo.
Cuando la degradante y exhaustiva operación hubo concluido, Conrada ordenó: "¡Vístase esto!" Montserrat se volvió hacia Alicia que así de pie, desnuda, sofocada —con grandes manchas violáceas bajo los párpados—, parecía la imagen misma de la desolación.
—Me ha dicho que me vista. ¿Qué he de vestirme? —Eso...—señaló Conrada.—¿Puedo... puedo... conservar mi ropa interior antigua?

*Shock Corridor. Samuel Fuller, 1963.
*One Flew Over the Cuckoo's Nest. Milos Forman, 1975.
*Los renglones torcidos de Dios. Torcuato Luca de Tena, 1979.

1 comentario:

  1. acaba de encandilarme tu blog de forma insospechada.

    felicidades, me encanta.

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