3.4.20

La sombra madre

[Hay dentaduras atormentadas. Tal era el caso de ésta, propiedad de la señora Virginia Woolf. Cuando la dueña de esta dentadura cumplía apenas treinta años su médico psiquiatra elucubró una teoría según la cual sus males sentimentales provenían de un exceso de bacterías acumulado en torno a las raíces de sus dientes. Resolvió extraerle tres de ellos -los que parecían más afectados. No sirvió de nada. A lo largo de su vida le extrajeron varios más. No sirvió de nada, rien de rien. La señora Woolf murió por mano propia, con muchos dientes falsos. Sus conocidos no la vieron sonreír más que en su funeral. Dicen que, ya muerta, reposando en el ataúd entreabierto en el centro de su sala, desplegó una sonrisa que iluminó su semblante afilado, anémico e inteligente. ¿Quién da 8.000 pesos por esta dentadura torturada? ¿Quién? ]

*Virginia Woolf, Vanessa Bell, Adrian Stephen, 1892.
*La historia de mis dientes. Valeria Luiselli, 2013.

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