«—What do you do, Tracy?
—I go to high school.
—Oh, really. Really. Somewhere Nabokov is smiling, if you know what I mean.
—LeWitt is overrated. In fact, he may be a candidate for the academy.
—Right!
—Mary and I have invented the Academy of the Overrated for such notables as Gustav Mahler,
-—Isak Dinesen and Carl Jung.
—Scott Fitzgerald.
—Lenny Bruce. Can't forget him, can we? How about Norman Mailer?
—I think those people are all terrific.
—Who was that guy you had?
— I didn't. It was yours. Heinrich Böll.
—Overrated?
—Don't wanna leave out Heinrich.
—Gee, what about Mozart? You guys don't wanna leave out Mozart.
— Well, how about Vincent Van Gogh? Van Gogh? Or Ingmar Bergman?
-—You'll get in trouble.
—Bergman? Bergman's the only genios in cinema today, I think.
—He's a big Bergman fan.
—God, you're so the opposite. You write that fabulous television show. It's so funny and his view is so Scandinavian. It's bleak, my God. I mean, all that Kierkegaard, right? Real adolescent, fashionable pessimism. I mean, the silence. God's silence.»
«—¿Y tú qué haces, Tracy?
—El bachillerato.
—Mira qué bien… Nabokov sonríe en algún lugar, ya me entiendes…
—Yo creo que LeWitt está sobrevalorado, ya le veo como candidato a la academia.
—Sí, cierto.
—Mary y yo hemos creado la academia de los sobrevalorados, para famosos como Gustav Malher…
—Isak Dinesen y Carl Jung.
—Scott Fitzgerald.
—Lenny Bruce. No podemos olvidar a Lenny Bruce. Y ¿qué me decís de Norman Mailer?
—Yo creo que son estupendos todos los que habéis mencionado.
—Tenías uno entre manos la semana pasada.
— No, yo no lo tenía, era tuyo, Heinrich Böll, ¿no?
—¿Sobrevalorado?
— No queremos dejar fuera a Heinrich.
—¿Y que os parece Mozart? No iréis a dejar fuera a Mozart.
—¿Y qué me decís de Vincent Van Gogh? O Ingmar Bergman.
—¿Van Gohg? ¿Ha dicho Van Gogh?
—Ése no, no te metas con Bergman, es un fanático de Bergman.
—Cielos, si sois de lo más opuesto. Tú escribes ese show de televisón maravilloso. Es tan divertido, mientras que su perspectiva es típicamente escandinava. Lúgubre. Todo está impregnado de Kierkegaard. Es algo ingenuo, pesimismo a la moda. Todo ese silencio, el silencio de Dios.»
—I go to high school.
—Oh, really. Really. Somewhere Nabokov is smiling, if you know what I mean.
—LeWitt is overrated. In fact, he may be a candidate for the academy.
—Right!
—Mary and I have invented the Academy of the Overrated for such notables as Gustav Mahler,
-—Isak Dinesen and Carl Jung.
—Scott Fitzgerald.
—Lenny Bruce. Can't forget him, can we? How about Norman Mailer?
—I think those people are all terrific.
—Who was that guy you had?
— I didn't. It was yours. Heinrich Böll.
—Overrated?
—Don't wanna leave out Heinrich.
—Gee, what about Mozart? You guys don't wanna leave out Mozart.
— Well, how about Vincent Van Gogh? Van Gogh? Or Ingmar Bergman?
-—You'll get in trouble.
—Bergman? Bergman's the only genios in cinema today, I think.
—He's a big Bergman fan.
—God, you're so the opposite. You write that fabulous television show. It's so funny and his view is so Scandinavian. It's bleak, my God. I mean, all that Kierkegaard, right? Real adolescent, fashionable pessimism. I mean, the silence. God's silence.»
«—¿Y tú qué haces, Tracy?
—El bachillerato.
—Mira qué bien… Nabokov sonríe en algún lugar, ya me entiendes…
—Yo creo que LeWitt está sobrevalorado, ya le veo como candidato a la academia.
—Sí, cierto.
—Mary y yo hemos creado la academia de los sobrevalorados, para famosos como Gustav Malher…
—Isak Dinesen y Carl Jung.
—Scott Fitzgerald.
—Lenny Bruce. No podemos olvidar a Lenny Bruce. Y ¿qué me decís de Norman Mailer?
—Yo creo que son estupendos todos los que habéis mencionado.
—Tenías uno entre manos la semana pasada.
— No, yo no lo tenía, era tuyo, Heinrich Böll, ¿no?
—¿Sobrevalorado?
— No queremos dejar fuera a Heinrich.
—¿Y que os parece Mozart? No iréis a dejar fuera a Mozart.
—¿Y qué me decís de Vincent Van Gogh? O Ingmar Bergman.
—¿Van Gohg? ¿Ha dicho Van Gogh?
—Ése no, no te metas con Bergman, es un fanático de Bergman.
—Cielos, si sois de lo más opuesto. Tú escribes ese show de televisón maravilloso. Es tan divertido, mientras que su perspectiva es típicamente escandinava. Lúgubre. Todo está impregnado de Kierkegaard. Es algo ingenuo, pesimismo a la moda. Todo ese silencio, el silencio de Dios.»
*Manhattan. Woody Allen, 1979.
qué me gusta esta pinícula, la mires por donde la mires.
ResponderEliminarenhorabuena por el blog