9.11.09
Como una mandarina
MURAL
Éste es tu nombre /
dijo una mujer,
y desapareció en el pasillo espiral...
Veo el cielo ahí, al alcance de la mano.
El ala de una paloma blanca me lleva a
otra infancia. No sueño que
sueño. Todo es real. Noto que
pierdo pie…
y alzo el vuelo. Seré lo que llegue a ser en
el último firmamento. Todo es blanco,
el mar que cuelga de los tejados de nubes
blancas. La nada es blanca en
el cielo blanco del absoluto. He sido y no
he sido. Estoy solo en esta
eternidad blanca. Me he adelantado a la cita
y ni un ángel ha salido a decirme:
«¿Qué has hecho allá, en el mundo?»
No he escuchado los gritos de júbilo de los justos, ni
los lamentos de los pecadores, estoy solo en lo blanco,
solo...
Nada me duele a las puertas de la resurrección.
Ni el tiempo ni los afectos. No
siento la ligereza de las cosas o la pesadez
de las obsesiones. No he encontrado a quién preguntarle:
¿Dónde está mi dónde ahora? ¿Dónde la ciudad
de los muertos, dónde yo? No hay nada aquí
en el no aquí... en el no tiempo,
en la no existencia.
Como si hubiera muerto antes...
conozco esta visión, y sé que
voy a lo desconocido. Quizá
siga vivo en algún lugar, consciente de
lo que quiero...
Un día seré lo que quiero.
Un día seré idea. No habrá espada que la lleve
a la tierra en ruinas, ni libro...
Será como lluvia en el monte rota
contra la hierba pujante,
y no habrá fuerza bruta
ni justicia errática.
Un día seré lo que quiero.
Un día seré pájaro, y extraeré de mi no siendo
mi ser. Según ardan mis alas
me acercaré a la verdad y renaceré de
la ceniza. Soy la charla de los soñadores, he renegado
de mi cuerpo y mi alma para consumar
mi viaje primero al significado, que me ha abrasado
y se ha ocultado. Soy lo oculto. Soy el celeste
proscrito.
Un día seré lo que quiero.
Un día seré poeta,
y el agua será rehén de como yo la vea. Mi lengua será
metáfora
de la metáfora, y no dirá o indicará
lugar. Pues el lugar es mi pecado y mi pretexto.
Soy de allí. Mi aquí da un salto
de donde piso a mi fantasía...
Soy quien fui o quien seré,
me fragua o me derrumba el espacio que se extiende
infinito.
Un día seré lo que quiero.
Un día seré viña,
¡que me prense el verano,
y beba mi vino quien pase
junto a las pléyades del lugar azucarado!
Soy el mensaje y el mensajero,
soy las pequeñas direcciones y el correo.
Un día seré lo que quiero.
© Ulf Andersen/Getty Images
*Mural (Fragmento. Trad. Luz Gómez). Mahmud Darwix, 2000.
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El concepto de eternidad y ser desde un diferente punto de vista, lo que nos dicen y lo que yo quiero ver, lo que realmente seré afianzando mi voluntad. Abrumador el poema. Otra vez la libertad del individuo en estado puro.
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