29.11.09

Agujas de cedro acumuladas



«Porque no puedes derrotarlos, simplemente huyes (y agradeces a Dios que puedas huir, que puedas escapar de esa masiva solidaridad de apestosas larvas de cinco pies de grosor que cubre la tierra, en la que hombres y mujeres en parejas son colocados y alineados como bolos; gracias a los dioses sean los que sean por esa afilada estaca menguante masculina sin caderas que se adapta ligera y fácil de mover donde las caderas femeninas como cámaras de cartucho los sujetan con fuerza)»

*William Faulkner, Eudora Welty. New York, 1962.
*Absalom, Absalom! William Faulkner, 1936.

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