「 (…) de modo que los cinéfilos que teníamos a Cataluña como un ejemplo de santa vanguardia quizá debamos ir cambiando de credo. El Govern aprobó el 1 de julio por 117 votos a favor y 17 en contra la Ley del Cine Catalán, que incluye, entre otras obligaciones, la de doblar (o subtitular) al catalán el 50% de las copias que se distribuyan de cada película. Esperamos que esa ambigüedad legislativa (doblar o subtitular, como si fuera lo mismo) se decante por una concepción del cine distinta a la que los sucesivos ministerios de cultura españoles nos tienen acostumbrados. La industria del doblaje ha puesto muy difícil a los aficionados la concurrencia a las salas de cine. La historia viene de lejos, no hay más que ver la alegría española a la hora de improvisar títulos. Basta el ejemplo de la filmografía de Howard Hawks para entender de qué estamos hablando:
1. The Cradle Snatchers (1927), por Donde las dan las toman.
2. The Crowd Roars (1932), por Avidez de tragedia.
3. Twentieth Century (1934), por La comedia de la vida.
4. Ceiling Zero (1936), por Águilas heróicas.
5. Bringing Up Baby (1938), por La fiera de mi niña o incluso La adorable revoltosa.
6. His Girl Friday (1940), por Ayuno de amor, Su mano derecha o el paradójicamente actual Luna nueva.
7. Monkey Business (1952), por Joven otra vez, Vitaminas para el amor o Me siento rejuvenecer.
8. The Big Sky (1952), por Río de sangre.
La lista es interminable, pero casos como Let’s make love (George Cukor, 1960), que aún se conoce en España como El multimillonario, deberían hacernos reflexionar.
¿Nos atreveríamos a repintar un Van Gogh o un Picasso? Esta humilde taxista sólo pide que se permita ver al público lo que el director hizo con su película. Que cada vez que vemos en pantalla a Clint Eastwood, Roger Moore, James Earl Jones, Sean Connery, David Attenborough, Donald Sutherland, Rutger Hauer, James Coburn o Arnold Schwarzenegger, en vez de oír sus voces tengamos que aguantar al calvo que presentaba El tiempo es oro, 3 por 4, o Un paseo por Castilla-La Mancha es cuando menos penoso. Y lo peor, nos congratulamos dándonos premios de doblaje.
En España ha triunfado definitivamente el modelo Luis Cobos. Puede ocurrir que, con la nueva ley, para Cataluña y alrededores el avance consista en que a partir de ahora la mutilación se lleve a cabo en catalán. Pfff, qué pereza da todo.」
Diario de una taxista II (avance editorial). Revista Valencia química nº 21. Rosario Cisma, 2010.
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