「Profundización, sobre todo, en las paganas y siempre vivas raíces de la cultura grecolatina que, no en balde, son las más genuinas fuentes de la cultura occidental. Un personaje de excelsa humanidad: Cristo, no sus secuelas institucionales. Profunda simpatía por el hedonismo de la vieja cultura hispanoárabe, presente no sólo en los libros, sino en el mismo paisaje. Nutrición espiritual del valenciano Ausiàs March o del catalán Maragall, en una lengua que es un componente tan pleno como primordial. La extensión va principalmente dirigida, aunque no es exclusiva (Wilde, Mann), a la cultura hermana de dos países: Italia, Francia (Dante, Montaigne, Saint-Simon, Gide). He aquí cómo, desde el punto inicial de Alcoy, se despliega el delicado y sólido varillaje cultural de Gil-Albert (...) 」
*Francisco Brines. Roberto González Fernández, 1984.
*La justicia de un homenaje tardío. El País, 03.12.1982. Francisco Brines.
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